Doy clases hace más de 10 años.
El violín es mi instrumento principal, pero no mi única inquietud.
Estudie crítica de cine, redacción periodística.
Cursé la carrera de Regisseur en el Colón.
Actualmente estoy estudiando la maestría en ópera experimental en la UNTREF.
Hoy en día compongo música para obras de teatro, además de tocar en The Basuras y poner mi música en distintos proyectos escénicos.
En estos momentos estoy comenzando un nuevo site, llamado Sesiones a contraluz.
Estuve haciendo perf...
Doy clases hace más de 10 años.
El violín es mi instrumento principal, pero no mi única inquietud.
Estudie crítica de cine, redacción periodística.
Cursé la carrera de Regisseur en el Colón.
Actualmente estoy estudiando la maestría en ópera experimental en la UNTREF.
Hoy en día compongo música para obras de teatro, además de tocar en The Basuras y poner mi música en distintos proyectos escénicos.
En estos momentos estoy comenzando un nuevo site, llamado Sesiones a contraluz.
Estuve haciendo performances con distintos bailarines en ciclos de obras breves.
Puse mi violín en varios discos, cómo así también en proyectos independientes.
En estos momentos comienzo a indagar en la bioenergética. Y aplicar lo que allí aprendo a la práctica consciente del violín.
Pensar la energía positiva, la función de la respiración en el armado de la postura. Cómo profundizar sobre los matices y pensar al cuerpo del músico/a como el de un deportista.
La búsqueda se orienta también a esos otros sonidos diferentes a los que tradicionalmente se enseñan que también podemos extraer de nuestro instrumento.
Tendemos a pensar que hay un sonido ideal del violín, una forma correcta de tocar (con algunas variaciones) y que los sonidos que se alejan de eso son errores. Sin embargo para expresarnos vale todo, y podemos encontrar muchos recursos, sonidos extraños, peculiares, divertidos o raros, aparte de los que practicamos todos los días.
Los compositores no suelen interesarse mucho por sonidos alternativos a los ortodoxos, que son los que conocen y creen dominar. Por eso es infrecuente encontrar música para violín que incorpore estas otras técnicas, salvo que el compositor sea también un intérprete de cuerda frotada.
Un buen músico/a o alumno/a debe conocer todas las posibilidades de expresión que le permita su instrumento, sobre todo si tenemos la sana de costumbre de buscar nuestra propia música, nuestro propio sonido.
Podemos obtener contrastes, atmósferas, sorpresas musicales con las que buscar nuestra personalidad (o la del compositor).