Speaking y listening, los principales culpables de que no aprendas inglés

Las habilidades que hay que dominar para conocer un idioma son cuatro, sin embargo, hay dos que los hispanohablantes nos resultan especialmente complicadas: Speaking y Listening.

Si estás estudiando inglés, o lo estudiaste en el pasado, es más que probable que te sientas identificado con esta afirmación, sobre todo, si cuando comenzaste a estudiar inglés, tu profesor era de los que se pasaba las clases realizando ejercicios de verbos y preposiciones y la “pronunciación” se veía por clase con menos frecuencia que el inspector…

El problema no es solo que el Speaking y el Listening sean las habilidades que se te resisten, más bien, el problema es que estas dos habilidades son esenciales para mantener una comunicación fluida con un interlocutor en inglés. ¿Cómo vas a seguir la conversación si no entiendes lo que te dice y no te sientes seguro cuando respondes? Antes de arrojar la toalla, te recomendamos que descubras los porqués y la solución para acabar con este problema que afecta a tantos estudiantes de inglés, como tú.




Speaking y Listening: ¡Los culpables de que no aprendas inglés!



¿De verdad son tan importantes estás dos habilidades? Si tenemos en cuenta que en un país de habla inglesa la proporción de inglés escrito que utilizaremos será muy inferior a la de inglés hablado, (y ante la imposibilidad de pasarse todo el tiempo escribiendo lo que se quiere decir) no queda duda de que, cuando decimos que el Speaking y el listening no son tu fuerte, en realidad, se llama la atención sobre el hecho de que, sin estas dos destrezas, te queda muchísimo camino para poder decir que sabes inglés.

Pero, ¿cuál es el porqué de que sean estas dos habilidades en concreto las que traen de cabeza a la mayor parte de los hispanohablantes? Las culpables son la fonética y la fonología. Sí, sí, los culpables son, en realidad, esos subcampos de la lingüística relacionados con los sonidos que emiten en cada idioma, esas mismas que revelan que el español es bastante más “simple” en número de fonos, que el inglés.

Dicho de forma más sencilla, es muy frecuente que alguien que habla español no llegue a escuchar la diferencia entre dos palabras, si tiene dos sonidos similares y que en español “corresponden” a uno solo. Del mismo modo, cuando tenga que emitir esas palabras, también simplificará y las producirá con el fono que más se acerca a la lengua nativa.
¡De ahí que para los ingleses sea tan complicado entenderte cuando hablas! Eso explica también, en parte, que para ti sea tan difícil lograr entender lo que están diciendo.

Recurrir a la forma escrita de las palabras no siempre ayuda demasiado si se tiene en cuenta cómo se escriben las palabras en inglés y cómo se pronuncian, es más, hasta palabras con escritura muy similar tiene una pronunciación de lo más dispar.



Un problema que tiene una solución



¡Vaya problemón tengo entonces! Pues tampoco tanto, porque que sea un reto complicado de afrontar, no quiere decir que sea imposible de superar… ¿Qué es necesario para superar el problema de Speaking y listening? Muy fácil, práctica, práctica y más práctica.

En este momento estará pensando: “Pero si ya practico un montón y no mejoro”. Eso es porque no solo se trata de más práctica, sino de un refuerzo en Speaking y Listening que ayude a diferenciar esos pequeños matices lingüísticos que se te resisten, a trabajar la fonología, a desarrollar las habilidades necesarias para hablar y entender “bien”, el tipo de refuerzo que solo puede ofrecer un profesor particular con muchos años de experiencia enseñando a hispanohablantes a corregir esos habituales problemas de pronunciación y esas típicas dificultades a la hora de seguir una conversación hablada

Pues sí, el reto requiere de voluntad por mejorar y de esfuerzo para superar estos pequeños obstáculos que, aunque dificultan la comunicación oral, no impiden que millones de hispanohablantes, que los hay, sí que hablen y entiendan bien a alguien que habla inglés. ¿No te gustaría ser uno de ellos?

Bueno, y mientras tanto, siempre puedes consolarte pensando que  para los ingleses también resulta un reto complicado la enrevesada gramática española.

 
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