Cómo aprender inglés de una vez por todas : errores y consejos

Cuando va quedando atrás el verano y toca retomar las rutinas tras las merecidas vacaciones, se vuelven también a ver carencias y cosas pendientes por hacer. Es entonces el momento de marcarse objetivos personales, como es el caso del aprendizaje o dominio de idiomas.
 
La necesidad de saber inglés hoy en día es indiscutible. Sin embargo, son muchos aquellos a los que se le resiste, pese haber probado durante años diferentes métodos, obteniendo resultados no lo suficientemente satisfactorios. 
 
 

¿Por qué les cuesta tanto el inglés a los hispanohablantes?

 

No hay que echarse la culpa a uno mismo pues hay varios factores que no han ayudado a fomentar el aprendizaje. Aunque en las escuelas e institutos se enseñe inglés como una asignatura obligatoria, a veces el nivel no es especialmente elevado y en otras el nivel exigido a los docentes que lo imparten no es el que debiera. Además, a menudo las metodologías empleadas se han centrado casi enteramente en la gramática, descuidando la expresión oral y la comprensión auditiva.


No hay que olvidar, que español e inglés pertenecen a familias lingüísticas diferentes, de modo que hay más diferencias que semejanzas en cuanto a gramática, vocabulario y, sobre todo, la fonética. Dominar los sonidos y entonar adecuadamente las frases es uno de los aspectos que más cuesta a los hispanohablantes. 
 

Si no se nos pone en situaciones en que sea necesario emplear un idioma es siempre más difícil  que se aprenda, ya que por iniciativa propia la mayoría optará por lo que resulte más cómodo. La ley del mínimo esfuerzo es un gran impedimento a la hora de aprender idiomas. En este sentido, a diferencia de muchos países, en España se tiende a doblar tanto series como películas. La oferta de filmes en versión original con subtítulos es bastante escasa, aunque, afortunadamente, es posible escuchar las voces originales de series y películas emitidas en televisión. Tradicionalmente los subtítulos no han gozado de mucha popularidad, aunque muchos reconocen el beneficio de acceder a contenidos en su idioma original.

El hecho de hablar un idioma con tanto peso a escala mundial como es el español puede condicionar a no quererse molestar en aprender otros idiomas. Esto contrasta con el caso de los hablantes de idiomas más minoritarios, que están concienciados de la importancia de dominar otros idiomas para tener más posibilidades a nivel personal, educativo y profesional, como pueden ser el noruego, neerlandés o finés. En una situación similar a la del español se podría colocar a los hablantes de francés o portugués.
 
Por otra parte, hay pocos ejemplos visibles en la sociedad que motiven a aprender inglés. Empezando por los políticos y algunos de los empresarios más importantes, es bien reducido el nombre de ellos que lo dominen. Sentir que determinadas personalidades ocupan su cargo sin haber necesitado un buen conocimiento del idioma puede desincentivar a aprenderlo.
 
 

5 errores que se cometen cuando se quiere aprender inglés

 

-Irte una temporada a un país de habla inglesa con amigos de tu país o para acabar pasando la mayor parte del tiempo con otros hablantes de español
-Centrarte fundamentalmente en leer diccionarios o gramáticas y descuidar la parte práctica. La teoría y el vocabulario son sin lugar a duda necesarios para hablar correctamente un idioma pero no tiene sentido si no se llevan al terreno práctico, que permite asimilarlos. Hay que tener en cuenta los usos del vocabulario y las normas gramaticales con ejemplos vivos y que nos sean útiles o gráficos. Además, hay que recurrir a materiales en vídeo o audio para saber cómo pronunciar correctamente o para poder identificar los sonidos.
-Pretender estudiar de forma autodidacta si sabes que no puedes planificarte unos horarios, eres poco constante o si sabes que a la mínima te distraes y acabas haciendo cualquier otra cosa. Si tienes claro que no tienes suficiente fuerza de voluntad y necesitas que te vayan guiando y marcando tareas obligatorias, no te dejes seducir por el último novedoso método para aprender inglés a tu ritmo y por tu cuenta.
-Apuntarte a un curso y tomártelo como una clase teórica más a seguir de forma pasiva, creyendo que ya te irá entrando el idioma sin hacer mucho más. Tampoco confíes en promesas de aprender inglés sin esfuerzo, rápidamente o mientras duermes. Para dominar un idioma hay que adoptar un papel activo. 
-Si sabes que lo que más te hace falta es practicar, no te apuntes a un curso con clases con muchos alumnos, ya que tendrás pocas posibilidades de hablar y de ser corregido. Tal vez tengas que invertir un poco más de dinero y elegir unas clases particulares personalizadas o con bien  un grupo muy reducido de alumnos. A medio plazo será posiblemente una buena inversión.
 
 

Detecta tus puntos débiles

Saber en qué se flaquea es una manera de saber dónde empezar a dedicar más esfuerzos y en qué hay que invertir más tiempo. Cada uno sabemos en qué tenemos más problemas pero no está demás pedir a un profesor qué cree que debemos mejorar con más urgencia o qué es más necesario trabajar antes de pasar a un siguiente tema o nivel. Puedes también grabar tu voz para detectar fallos.
 
 

Sumérgete en el idioma

Más allá de la opción de pasar una temporada en un país de habla inglesa, hay opciones más sencillas y más al alcance de todos. Si bien puede ser necesario tener un poco más de fuerza de voluntad para obligarse a utilizar el idioma, pueden obtenerse buenos resultados. Puedes contactar con hablantes nativos y también buscar todo tipo de medios y materiales en inglés: radio, televisión, reportajes en internet, prensa online, lecturas en versión original. Incluso puedes curiosear las instrucciones de uso o ingredientes de alimentos en inglés para conocer nuevo vocabulario.

Obviamente no entenderás todo (quizás bien poco al principio) pero es muy importante ir acostumbrándose a los sonidos y a la entonación de las frases. Poco a poco irás asociando cosas aprendidas con lo que vas leyendo o escuchando, pudiéndolo consolidar con más facilidad. Puedes también intentar ir construyendo mentalmente frases para describir acciones cotidianas, intentar hacer la lista de tareas o de compras en inglés, buscar recetas de cocina en inglés, utilizar los menús en inglés en tu móvil o de algún otro aparato electrónico que uses frecuentemente, etc.
 

Lleva el idioma a tu terreno

 

Hacer el aprendizaje efectivo y, a la vez, ameno, busca qué partes de tus aficiones pueden incluir el idioma. Apréndete las letras de canciones de grupos de música que te gusten, mira publicaciones especializadas sobre algún hobby que tengas en inglés, elige videojuegos en inglés, navega por internet y busca información y gente con afinidades con la que charlar sobre las aficiones compartidas, etc. Puedes divertirte con pasatiempos en inglés como sopas de letras, cruzadas, crucigramas, etc.
 

Crea un equipo

 

Aprender de forma colaborativa puede hacerte sentir mejor: puedes unirte a otros que estén aprendiendo inglés para practicar. Puede ser efectivo reunirte con gente con quien sólo puedas comunicarte en inglés o con quien puedas hacer un intercambio lingüístico. Gracias a internet y las redes sociales seguro que no te resulta difícil dar con encuentros, cenas informales o comidas organizados para practicar inglés en tu ciudad o bien cerca de ti. Si no, puedes llevar la iniciativa y montar tu propio grupo. 

Si se opta por el aprendizaje colectivo, hay que procurar no compararse con los demás ya que lo importante es sentirse desinhibido para expresarse, equivocarse, corregirse y corregir a los demás, etc. Es obvio que cada uno tendrá un nivel y unas fortalezas, por lo que no tiene mucho sentido pensar en la práctica como una competición, a menos que se participe en competiciones lingüísticas que sean parte de las actividades del grupo de aprendizaje. 
 

Aprovecha bien tus clases

 

Tanto si vas a clases particulares, en grupo o individuales o bien aprendes inglés online, aprovecha los recursos que se te ofrecen y las indicaciones de los profesores. No veas los deberes o tareas de clase como un castigo o algo tedioso sino como una manera de ponerte a prueba, de practicar y, en definitiva, de mejorar. Para aprender un idioma hay que dejar la pasividad de lado, bien lejos. Si te sugieren lecturas extra, acéptalas, participa en clase, ofrécete de voluntario para actividades propuestas por el profesor. Ante todo, supera el miedo a equivocarte o a hacer el ridículo. Nadie espera que cada vez que te expreses lo hagas de forma clara y sin fallos. Piensa que en nuestro propio idioma a menudo nos podemos equivocar también. ¿Por qué motivo no nos iba a pasar con un idioma que estamos estudiando?
 

Piensa en los beneficios de manejarte en inglés con soltura

 

Para mantener tu motivación, recuerda las razones y objetivos que te llevaron a querer mejorar tu inglés. No mires sólo las tareas y exámenes que se te van presentando a corto plazo: intenta ver la imagen completa. Tomar perspectiva de esta manera puede darte un empujón cuando te estés enfrentando a dificultades o momentos de frustración.
 

No te rindas: paso a paso llegarás a tu meta

 

Todo lo que vale la pena tiene un coste. Equivocarse no es negativo si se aprende de los fallos. Perseverar dará su fruto. Márcate pequeñas metas que te resulten asumibles, con un nivel de dificultad que vaya aumentando de forma gradual. Pueden ser exámenes oficiales por realizar, unidades de un temario por completar, lecturas de un nivel concreto, etc. Saber que se va avanzando en una dirección ayuda a no perderse ni distraerse.
 

Cuídate: en forma para el éxito

 

Mantén unos hábitos de vida saludable para garantizar un buen rendimiento. No quieras tampoco forzarte haciendo maratones de estudio, pues es necesario descansar y, sobre todo, disfrutar del aprendizaje del idioma. La actividad física contribuye a una mejor salud y también a facilitar el aprendizaje. Es esencial sentirse bien tanto física como mentalmente.  
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